Contar con un negocio propio, inversiones, capital o cualquier elemento de abundancia, requiere eventualmente tener que tratar mucho con otras personas. Sobre todo cuando somos dueños de una empresa, los clientes son el activo más importante y por tanto un buen trato respetuoso hacia ellos y hacia todas las personas que conforman los eslabones de la cadena de riqueza, garantiza la estabilidad y permanencia dicha cadena.
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